El próximo sábado 6 de diciembre 2014 a partir de las 21:00 horas, el bar «Belle Epoque» de la calle Carlos Picabea de Torrelodones, estará de fiesta. Sus nuevos propietarios, Nacho De María y Karine Morel («Los KANA») invitan a una «apericena» (a beber y picar algo, según Karine). ¿El motivo? Agasajar a los amigos y conocidos con la excusa de celebrar los primeros 100 días de la aventura empresarial en la que se embarcaron.
Simpáticos y sociables, Nacho y Karine son muy conocidos y queridos en Torre, donde viven hace 16 años. Es muy probable conocerlos de ámbitos diferentes. El que no los conoce del Minifútbol, posiblemente los conozca del Club de Fútbol, o de los colegios de sus hijos (Miguel, Luis y Ana), las catequesis, la gimnasia rítmica (donde destaca la pequeña, Ana), o de cualquier otro sitio, pues hacen «mucha vida» en el pueblo. Últimamente además, son conocidos por ser los dueños del Belle Epoque, donde atienden durante muchas horas al día.
Al enterarnos del evento que programan para el próximo sábado, decidimos tomar algo en su agradable local y hacerles una pequeña entrevista, con el objeto de conocerles mejor y satisfacer nuestra curiosidad (y la de algunos lectores, seguramente).
Se hicieron cargo del bar en agosto, cuando mucha gente no estaba en Torrelodones. Eso, sumado a la falta de tiempo y a la inexperiencia que tenían, los llevó a decidir postergar la inauguración. Pero se quedaron con la «espina».
«No teníamos ni idea. No sabíamos poner ni un café, ni una caña, ni nada…», cuenta Karine y se ríe. «Hemos tenido que aprender sobre la marcha… ¡Aprendimos a martillazos!», añade Nacho. En los pedidos a proveedores al principio se pasaban o se quedaban cortos… «Nos hemos quedado sin cerveza en las primeras semanas», apunta Karine. Esa etapa duró poco. Han tenido que suplir la falta de experiencia con mucho entusiasmo y horas de trabajo, pero les ha salido bien.
El esfuerzo está dando frutos. «Hemos arrancado muy bien», confiesa Nacho. Están muy contentos, pues en estos 100 primeros días no solo han aprendido, sino que han conseguido fidelizar a muchos nuevos clientes.
«Hemos estado muy a gusto», dicen dos parejas en la treintena, al despedirse; confirmando que los flamantes «hosteleros» lo están haciendo muy bien. Van sumando clientes «fijos», nos cuenta Nacho. Algunos comenzaron a ir para darles una mano, pues saben del gran esfuerzo que realizan y el riesgo que han asumido; pero sin duda saben también, que pasarán un rato agradable y estarán bien atendidos. Algunos amigos se juntan allí después de las «pachangas» del Minifútbol, las madres mientras sus hijos están en catequesis, los integrantes del coro de La Asunción después de los ensayos, vecinos…
En este tiempo no solo han aprendido a poner cañas, sino que hacen de todo. Desayunos, aperitivos, raciones, café irlandés (Karine cuenta que hace poco le enseñaron), toda clase de copas… Entre pregunta y pregunta, les vemos trabajar. Llevan las bandejas con botellas y sirven las copas con total seguridad (hace solo tres meses, eso era impensable). Nacho ha perdido bastante peso debido en parte al ejercicio físico que le impone su nueva actividad; y seguramente también, «gracias» al estrés propio de los comienzos. Pero estar «en línea» le queda bien.
¿Cómo es que habéis decidido emprender?, les preguntamos. Nos lo cuentan entre los dos. Nacho, que había trabajado en varias empresas importantes —El Corte Inglés, entre otras— llevaba años contratado por una empresa constructora, que como tantas otras, tuvo que reducir plantilla. Tras varios meses sin recibir ofertas laborales, decidieron que la solución pasaría por un emprendimiento por cuenta propia. Mientras analizaban otras posibilidades de negocio, Karine «por casualidad» vio en Internet que se traspasaba un local en Torrelodones. «Surgió esto y no nos pareció mal», apunta Nacho. Llegaron a un acuerdo con los antiguos propietarios, y aquí están. «Yuyu y Guzmán nos han apoyado y dado muchos consejos», dice Karine.
Karine es francesa. «De Nantes, la tierra de Julio Verne. Hay una placa en la casa en que nació…», cuenta ella. «También está el «edicto de Nantes» de donde surge la frase «París bien vale una misa»», añade Nacho y cuenta la historia. «Y la fábrica de las galletas LÚ…», continúa Karine.
¿Cómo os conocisteis?, les preguntamos. «Yo vine con 20 años como aupair a estudiar (empresariales). Conseguí trabajo y una compañera del trabajo me presentó a Nacho», cuenta Karine; que a raíz de eso se quedó definitivamente en España. Sus padres —que viven allí— suelen venir a visitarles; y ellos, también suelen ir.
Karine hablaba español por haberlo aprendido en el colegio (en Francia ya era obligatorio aprender dos idiomas). Además, desde pequeña venía con sus padres todos los años a veranear. Primero a Andalucía, luego Altea…
¿Cómo llegáis a vivir en Torrelodones? «No conocía Torrelodones hasta que nos vinimos a vivir», dice Nacho. Ya casados vivían en Madrid, en un piso alquilado. Cuando nació Miguel, el mayor de sus hijos que tiene ahora 16, comenzaron a buscar una vivienda propia. «Como mi familia vive en Pozuelo, comenzamos a buscar por la Carretera de La Coruña. Miramos Las Rozas y Majadahonda, y en Torre. Encontraron un piso grande, adecuado a sus necesidades y posibilidades, y se decidieron por Torrelodones. Además, «Torre tiene fama de tener un clima muy sano», le decía Nacho a Karine. Se mudaron el 1 de noviembre de 1998. De pequeño —recuerda Nacho— cuando iba a la finca de su tío en Moralzalzal, al pasar por Torrelodones, veía la Torre y decía: «Mirad el castillo, ¡hay un castillo!». Tendría unos 6 años, calcula.
El local de Belle Epoque es muy acogedor. Los cuadros de fotografías antiguas (años 50′ o 60′) y otras más recientes, de gente de Torrelodones, llaman especialmente la atención. La música agradable y la iluminación, son relajantes e invitan a quedarse.
El próximo sábado a partir de las 21 horas, allí estaremos para felicitar y desear muchos éxitos a estos emprendedores. Es muy importante que les continúe yendo bien; pues además de que lo merecen, con Belle Epoque no solo garantizan su propio puesto de trabajo en Torrelodones, sino también el de otras personas que trabajan allí.
Habrá que ir. Yo dejé de ir hace un par de años porque con los anteriores propietarios se fumaba dentro.
Karine y Nacho, enhorabuena. Está bien que os animéis a hacer esta «fiesta de los 100 días». Os merecéis que vaya muy bien Belle Epoque.
Mucha suerte!!
Muchas gracias Begoña
!!!!!ENHORABUENAAAAAA!!!!!
No sabeis lo que me alegro. Iré a visitados cuando pueda.
Os deseo que todo vaya sobre ruedas,paciencia en los inicios, que suelen ser duros.
Un fuerte abrazo para Nacho y Karine.
Columba.
Muchas gracias Paloma, a ver si os pasais.
Buena gente.
Hay que ir a felicitarles y a apoyar a estos valientes emprendedores.
Hay que celebrar muchos 100 dias!!!
Gracias Mercedes.