Ayer domingo 20, entre las 13:00 y las 16:00 h aproximadamente, tuvo lugar lo que parece un acto de vandalismo o una gamberrada, cometida por inadaptados sociales.
Unos cuatro coches que se encontraban aparcados en el Paseo Andrés Vergara (la calle de la Parroquia San Ignacio), aproximadamente a la altura de la urbanización La Rosaleda, sufrieron la rotura de sus lunas.
A la furgoneta que se ve en las imágenes, no le rompieron una, sino dos lunas. La trasera y otra del lateral derecho. No se llevaron nada, aunque corrieron la tapa que cubre el maletero, presuntamente por si encontraban algo interesante.
Por las características del ataque, parece más un hecho llevado a cabo por imbéciles con ganas de descargar sus frustraciones, que por ladrones profesionales. Estos últimos —que también suelen actuar por el municipio—, aunque su conducta sea igualmente reprochable, al menos tienen un móvil claro, y en algunos casos, incluso llegan a intentar minimizar los daños, sacando sin romper alguna de las lunas y dejándola cuidadosamente sobre el coche.
«Parece mentira. Hemos vivido en barrios muchísimo peores y nunca nos pasó esto», decía una joven pareja que dedicaba su tarde de domingo a recoger los cristales de la calzada y sustituir con plástico las lunas rotas de su vehículo.
