El pasado sábado 8 de septiembre en el Parque de la Casa Rosa, de la colonia de Torrelodones, tuvo lugar la tradicional fiesta de la Parroquia San Ignacio de Loyola a favor de la Residencia de Mayores Sta. Mª de los Ángeles (ver galería de imágenes bajo el texto).
La Residencia Parroquial Santa María de los Ángeles es una obra social sin ánimo de lucro perteneciente a la Parroquia San Ignacio de Loyola cuya misión es dar acogida a los ancianos –muchos de ellos sin recursos económicos- de nuestro municipio y localidades cercanas. Está sostenida económicamente por lo que pueden aportar los residentes, y por familias solidarias de Torrelodones.
Muchos de los ancianos están impedidos, tienen demencias, alzhéimer u otras enfermedades crónicas y algunos están en verdadero estado de abandono familiar. En la Residencia Sta. Mª de los Ángeles, encuentran la asistencia, el cariño y la dedicación que requiere su situación.
En este momento, debido a la antigüedad del edificio, se ven obligados a afrontar una serie de reformas, principalmente en el tejado, cubiertas, paredes interiores con humedades, saneamiento de conducciones y otras instalaciones para que la residencia pueda continuar desarrollando adecuadamente su necesaria obra social.
Numerosos vecinos de Torrelodones acudieron al evento para colaborar y al mismo tiempo disfrutar de los espectáculos, música, tómbola, los exquisitos platos preparados con tanto cariño, y el reencuentro con los vecinos y amigos. «La Charanguita», amenizó con su música y animó el baile, un excelente grupo brindó un espectáculo de bailes regionales, espontáneos, como Antonio González, o la actuación musical del propio D. Gabriel, alegraron el día a todos los presentes.
Una vez más el esfuerzo de los vecinos de Torrelodones que hacen posible esta Gran Fiesta se vio recompensado económicamente con una suma que este año superó los 14.000 euros, y que el párroco, D. Gabriel García Serrano, agradeció reiteradamente.
La Residencia, no tendrá los lujos que ostentan otras, pero la calidad humana de los directivos, el personal, y los voluntarios que se vuelcan con los mayores, compensan con creces la austeridad de sus instalaciones.
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