Mientras el Ayuntamiento de Torrelodones comentaba que aprovechando estas fechas navideñas «en las que el polideportivo interrumpe las actividades de las escuelas deportivas, se está cambiando toda la barandilla perimetral que delimita las gradas de la cancha», y explicaba que el cambio es debido a que «la anterior barandilla se encontraba fuera de la norma establecida de seguridad», recibíamos en esta redacción la denuncia de un padre debido a esas mismas obras. La transcribimos textualmente.
«Cuando los padres de los 50 niños que están participando en el campus de baloncesto que organiza el club hemos ido hoy a recogerles, nos hemos llevado el disgusto de ver como estaban entrenando en un tercio del campo ya que se estaban realizando obras de consistentes en el corte con radial de las barandillas de las gradas.
Dejando a un lado el que es imposible el desarrollo normal de la actividad en este espacio, quería denunciar la falta de oportunidad y el peligro que suponen estas obras. Los niños han estado expuestos durante horas a un ruido ensordecedor y a un ambiente irrespirable y totalmente desaconsejable para niños haciendo una actividad deportiva. Además los niños han tenido que pasar por debajo de andamios con operarios trabajando con el peligro que eso supone (por cierto, los operarios carecían de las mínimas medidas de seguridad como son el uso de arnés y casco). Considero que la responsabilidad de esta situación recae en el Ayuntamiento y no en el club de baloncesto ya que estos no tenían conocimiento de que se fuera a realizar obra de mantenimiento alguna en estas fechas. Todavía quedan dos días de campus y espero que en días sucesivos se paren completamente las obras. Asimismo espero que el ayuntamiento dé una explicación a lo sucedido».
Seguramente no sea una gran complicación demorar las obras un par de días, y evitar que los chicos tengan que estar incómodos o en peligro. No nos caben dudas de que el Ayuntamiento una vez que haya tomado conocimiento de la situación, le pondrá rápida solución.
Fuente Fotografía: Ayto. de Torrelodones
Es cierto que estaban trabajando en el pabellón, pero los niños en ningún momento tuvieron que pasar debajo del único andamio que había. Se bajó la cortina en el tercio donde ellos trabajaban. Es cierto que había ruido.
Pero en ningún momento los niños estuvieron en peligro como afirman los padres.
Con gracejo sin par queda aclarada la situación.
Y aún diré más: me parece exagerada la medida de seguridad adoptada. Nada menos que ¡una cortina! Y ¡bajada! ¿qué será lo próximo?, ¿una persiana?
La historia de la humanidad demuestra que en habiendo una cortina bajada todo peligro desaparece.
Es más, existiría un riesgo, bien que remoto, si los alumnos fueran jubilados, quienes llevados por su afán de ser testigos de las obras descorrerían la cortina y observarían atentos el deambular de los operarios, cuya seguridad no parece preocupar a la simpática Rosa. Pero tratándose de niños, ¿quién ha visto que los niños, llevados por una inexistente curiosidad infantil descorran una cortina o se cuelen por debajo de ella para saber lo que oculta? Yo se lo diré: nunca, nadie que haya sido candidato a una concejalía.