Este martes, uno de los jugadores de la categoría ‘Infantil A’ del Torrelodones C.F., que tenía entrenamiento, saltó la valla perimetral del campo de fútbol -como hacen muchos a diario- y tal vez porque estaba todo mojado por la lluvia, tuvo la mala fortuna de tropezar y caer de muy mala manera. Al dar el costalazo, se golpeó la cabeza y otras partes de cuerpo. Estaba consciente, pero el fuerte dolor que sentía hizo presuponer una posible fractura de clavícula o incluso de una costilla. Inmediatamente se movilizó el club. En segundos lo atendió un médico, uno de los tantos padres que asisten a los entrenamientos, y sin dilación se llamó a emergencias. En pocos minutos una UVI móvil del SUMMA 112 llegaba al Torrelodones C.F. y el personal sanitario atendió al conmocionado Sergio. Tras una exploración, los médicos determinaron que el caso no revestía mayor gravedad, por lo que se esperó la llegada de una ambulancia de la Cruz Roja, que trasladó al accidentado hasta el Hospital Puerta de Hierro, donde le hicieron radiografías que descartaron definitivamente fracturas u otros daños.
«La ambulancia llegó enseguida. Javier, el entrenador, nos llamó permanentemente hasta las 12 de la noche para ver cómo estaba Sergio. Hasta el presidente del club vino cuando se enteró del accidente», comentó agradecido Ángel, padre del futbolista accidentado. «Es una pena que tengan que pasar estas cosas para darnos cuenta de lo bien cuidados y en qué buenas manos están nuestros hijos», añadió.
Sergio ya se encuentra totalmente repuesto y hoy jueves entrenó con sus compañeros como si nada hubiese pasado.