Un águila imperial ibérica y dos busardos ratoneros fueron devueltos a su hábitat natural este viernes por la presidenta de la Comunidad de Madrid, en compañía del Consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio de la Comunidad de Madrid, Pedro Rollán; y del Alcalde de Galapagar, Daniel Pérez Muñoz, quien acudió junto a otros miembros de la corporación municipal local.
Daniel Pérez Muñoz se ha mostrado muy satisfecho por esta actuación ya que «es una acción muy bonita que vamos a recordar siempre y porque además, es la segunda vez que la Comunidad de Madrid suelta este tipo de aves en Galapagar ya que se trata de un sitio privilegiado para este tipo de animales». Así se refirió el alcalde del municipio a la puesta en libertad de un ejemplar joven de águila imperial ibérica, una de las rapaces más amenazadas del mundo, y en peligro de extinción, cuya presencia en la región se ha duplicado a lo largo de los últimos años. La región cuenta actualmente con 65 parejas de estas rapaces en peligro de extinción, el doble que las censadas en 2009.
Para Cristina Cifuentes, la suelta de un águila imperial ibérica recuperada en el Centro de Animales Silvestres de la Comunidad «es un ejemplo más del compromiso del Gobierno de Madrid con el medio ambiente y la protección de la flora y la fauna de la región», medidas que por su parte, el Ayuntamiento de Galapagar se complace en apoyar.
El águila que se ha puesto en libertad es un ejemplar que ha pasado varias semanas en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS) de la Comunidad de Madrid. De plumaje color pardo rojizo, la rapaz tiene siete meses de edad, pesa 3,5 kilogramos y mide 81 centímetros de altura y 2,10 metros de envergadura, con las alas desplegadas.
Cifuentes ha explicado que el águila llegó al Centro de Recuperación el pasado 20 de junio, tras caer de un nido en el municipio de Fresno de Torote y pasar varios días en el suelo hasta que fue rescatada por agentes forestales con síntomas de deshidratación. Su reintegración en el medio natural para que viva en libertad ha sido posible ya que en el CRAS, además de recuperar su estado físico, le han enseñado a volar y a cazar. Este centro ha atendido a 23.000 animales desde 2010, de los que el 60 % fueron reintegrados nuevamente en su entorno, lo que convierte a este Centro en el mayor y más avanzado hospital de fauna silvestre de España.
Como ha recordado Cifuentes, Madrid es la comunidad con mayor densidad de águila imperial ibérica por kilómetro cuadrado. En la actualidad habitan en la región más águilas imperiales que en periodos anteriores, con 65 parejas censadas, el doble que las localizadas en 2009 y casi el triple que en el año 2000. Esta cifra supone contar en la región con el 13 % de la población mundial de esta especie. «Hoy, una de cada siete águilas imperiales ibéricas que hay, habitan en nuestra región», ha subrayado Cifuentes, que ha indicado que las mayores concentraciones de estas rapaces en territorio madrileño se encuentran ubicadas en el monte de El Pardo y en la Sierra Oeste, donde anidan principalmente en pinos piñoneros.
Además del ejemplar de águila se ha procedido a la suelta de dos busardos ratoneros que también han sido cuidados en el CRAS.
Conservación de la Flora y Fauna Madrileña
Cifuentes ha destacado el esfuerzo de la Comunidad de Madrid por preservar la enorme biodiversidad de la región; y ha señalado que «en el caso del águila imperial ibérica, el Gobierno regional ha llevado a cabo acciones de protección que han permitido aumentar el número de ejemplares, como ha sido la mejora de sus hábitats para propiciar su reproducción, gracias a la reparación de los tendidos eléctricos evitando así electrocuciones, o la concienciación de los propietarios de aquellos lugares en los que se asientan los nidos de las rapaces».
Además, se está desarrollando un Plan de interconexión de los núcleos de águila imperial mediante la creación de corredores ecológicos. Para ello, se instalan madrigueras artificiales y zonas de siembra que sirvan de sustento para los conejos, que son la principal fuente de alimentación de estas rapaces.
En esta labor de conservación es importante la información que se recaba mediante el seguimiento de once águilas imperiales marcadas con un radiotransmisor, que permite a los responsables de la Comunidad de Madrid obtener un mayor y mejor conocimiento de la especie y sus hábitos.