La lluvia, y la mezcla de granizo y nieve, que cayeron alternativamente durante todo el Viernes Santo sobre Torrelodones, hacia las 20:00 cesaron, para permitir que saliera la Procesión desde la Parroquia San Ignacio, como estaba previsto. “He estado rezando a la Virgen del Perpetuo Socorro para que pudiera salir la Procesión. Cuando vi salir a la Virgen, se me caían las lágrimas”, decía Ramona, una feligresa de la Parroquia. Tras un recorrido por las calles de la colonia, la silenciosa Procesión con el Cristo Yacente retornó a San Ignacio de Loyola, donde autoridades, cófrades y vecinos, pudieron acercarse al altar para rendirle homenaje en ese día de duelo. Esta bonita tradición, creemos que tiene asegurada su continuidad. Encantados quedamos al ver muchos jóvenes aprendices de cófrades, participando con entusiasmo. Pequeños encapuchados tocaban el tambor bajo la coordinación de Jesús Urosa, con gran destreza a pesar del corto período de instrucción que pudieron recibir. Orgulloso de ver a su hijo de 12 años tocando el tambor, Jesús Martínez –un vecino de la colonia- contaba que de joven él también lo había hecho. En aquel entonces, participaban en las Procesiones de Torrelodones, y también eran convocados para acompañar las de Galapar, Hoyo de Manzanares y otros pueblos cercanos. “Al terminar, siempre nos invitaban a un aperitivo o comida”, comentó. Entre las autoridades que asistieron al acto, se encontraban la Alcaldesa de Torrelodones, Elena Biurrun, el Concejal de Medio Ambiente y Urbanismo, Santiago Fernández y los Concejales del Partido Popular de Torrelodones, Arturo Martínez Amorós y Guzmán Ruiz Tarazona.