En la mañana de hoy sábado 7 de abril de 2012, hasta 9 dotaciones de Bomberos de la Comunidad de Madrid, trabajaban para apagar un incendio de grandes dimensiones en un chalet particular de la urbanización La Berzosilla, de Torrelodones. Unos cuarenta bomberos, además de numerosos efectivos de la Guardia Civil del puesto de Torrelodones y Policía Local, se encontraban en el lugar. Grandes cantidades de agua tomadas de las piscinas de la zona, hacían falta para controlar el fuego de grandes dimensiones, aparentemente desatado a partir de la caldera de gasóleo de la vivienda. A pesar de que la casa estaba ocupada por la familia y el personal de servicio, no hubo víctimas que lamentar. No obstante, de manera preventiva permanecían en el lugar, dos ambulancias de la Comunidad de Madrid. Su propietario, J. B., al notar una temperatura excesiva en los conductos de calefacción y las paredes de uno de los cuartos de baño, verificó el inicio del incendio y desalojó la casa, donde se encontraban inclusive algunos de sus nietos, antes de que el fuego alcanzara las grandes dimensiones que tuvo. La columna de espeso humo, podía verse desde Galapagar.Impresionante incendio en una vivienda de Torrelodones
En la mañana de hoy sábado 7 de abril de 2012, hasta 9 dotaciones de Bomberos de la Comunidad de Madrid, trabajaban para apagar un incendio de grandes dimensiones en un chalet particular de la urbanización La Berzosilla, de Torrelodones. Unos cuarenta bomberos, además de numerosos efectivos de la Guardia Civil del puesto de Torrelodones y Policía Local, se encontraban en el lugar. Grandes cantidades de agua tomadas de las piscinas de la zona, hacían falta para controlar el fuego de grandes dimensiones, aparentemente desatado a partir de la caldera de gasóleo de la vivienda. A pesar de que la casa estaba ocupada por la familia y el personal de servicio, no hubo víctimas que lamentar. No obstante, de manera preventiva permanecían en el lugar, dos ambulancias de la Comunidad de Madrid. Su propietario, J. B., al notar una temperatura excesiva en los conductos de calefacción y las paredes de uno de los cuartos de baño, verificó el inicio del incendio y desalojó la casa, donde se encontraban inclusive algunos de sus nietos, antes de que el fuego alcanzara las grandes dimensiones que tuvo. La columna de espeso humo, podía verse desde Galapagar.
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Dentro de la gran tristeza y perdida sufrida, solo material, gracias Dios, debo decir que es un hecho único y que el fuego da la vida. Tenemos la oportunidad de nacer de nuevo, de renacer entre las cenizas como el ave fénix, ahora si con una lección aprendida que nos haga entender la vida tal y como es, sencilla y preciosa.
Impresionante ánalisis de un gran hombre. Animo Javier, las cenizas se convertirán en un ejemplo de firmeza. Juan Torrego