Desde la Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA-Cocemfe Madrid) se exige «responsabilidad política y potenciar más medidas de apoyo a los ciudadanos, que les desvinculen de situaciones personales y sociales que les pueden enviar a pedir su propia muerte».
«Siempre se toma como referencia la vida de Ramón Sampedro pero, ¿quién no desearía la muerte, si solamente se ve un techo y una ventana, durante una vida? Por el contrario ¿alguien cree que, con más apoyos y salidas hacia este tipo de casos, una persona puede desear su muerte?», manifiestan desde FAMMA.
Además, consideran «otra derivada negativa» que «se ponga el foco hacia las personas con discapacidad en el debate social, pero,millones de ellas, son muy felices aun padeciendo una situación de desventaja, gracias a los mínimos apoyos que tienen con ayudas psicológicas, el fundamental apoyo de la familia y la administración».
FAMMA cree necesario «un debate profundo sobre los parámetros que van a determinar la posibilidad de aplicar la eutanasia y el abanico de posibilidades que se deben agotar antes de decidir terminar con la vida de una persona».
«La discapacidad se siente aludida porque se pone el foco a que, tener una discapacidad, es un problema y algo con lo que no se debe convivir encontrando la comprensión a quienes quieren quitarse la vida sin que, antes, se hayan agotado y visto situaciones personales que no han sido apoyadas por la administración».
La organización entiende que, «siempre que haya informes científicos de situaciones irreversibles y un constante sufrimiento sin paliativos, se debería valorar el sufrimiento de esa persona, pero la defensa a la vida está reconocido como uno de los derechos fundamentales en nuestra Constitución y de los distintos tratados internacionales sobre los derechos humanos».
La Federación de Asociaciones de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de la Comunidad de Madrid (FAMMA-Cocemfe Madrid) de cara a la aprobación que permitirá la eutanasia en nuestro país, exige un debate profundo, con expertos y organizaciones del sector que puedan verse afectados por estos cambios normativos tan profundos y peligrosos a la vez.
Quizás ese potenciar más las políticas de integración en el empleo ordinario, modificar la ley de propiedad horizontal que encarcela a las personas con discapacidad en sus viviendas, la figura del asistente personal, la educación inclusiva, la eliminación de barreras con carácter universal y así, un largo etcétera de medidas de acción positiva en favor de la vida, nos daremos cuenta de que haríamos un gran favor a aquellas personas que tienen situaciones complicadas y podríamos girar el sentido de su vida hacia la felicidad.
Esta circunstancia supone un retroceso en la imagen de la discapacidad ya que, en muchos casos, se vincula la decisión de vivir o no, a padecer una discapacidad por ser considerada esta, un problema desde que llega.
Nos da igual quién plantee esta posibilidad a nivel político y quién pueda pensar a favor o en contra desde la política, pero no nos da igual el resultado que pueda afectar tan negativamente a las personas que tienen una discapacidad o una enfermedad complicada porque, con apoyos, la felicidad es posible.
Desde la organización se cree necesario potenciar las políticas en favor de la vida y aumentar los procedimientos paliativos salvo en casos excepcionales donde, informes científicos, puedan hacer valoraciones que determinen situaciones irreversibles del sufrimiento.
Sabemos que es mucho más caro aumentar los apoyos asistenciales, pero si no se dan alternativas a determinados casos, haríamos de un caso concreto, la generalidad, y propiciaría una imagen distorsionada de la realidad.
En palabras del presidente, Javier Font, «nunca jamás, a esta organización ha llegado el caso de una persona que pida información para ver como terminar con su vida y sí, por el contrario, miles de llamadas que se reciben en favor de la vida a través del aumento de los servicios asistenciales, de protección de sus derechos fundamentales y, en definitiva, de todo aquello que mejore su calidad de vida».
Desde la organización pensamos que es importante trasladar a la opinión pública, la postura que se plantea internamente, respetando las opiniones personales y particulares, pero reclamando una política más efectiva de apoyos sociales para cuando surjan este tipo de casos, que se declinan hacia una salida muy triste, sin que nadie les preste otra salida, porque, con apoyos, la felicidad en muchos casos, es posible.