Entre numerosas muestras de afecto y algunos homenajes espontáneos, Alberto —alias Albert o Dóctor—, descansa desde el pasado lunes en el cementerio de Ntra. Sra. del Rosario, de Torrelodones.
Alberto —un conocido vecino de la localidad— falleció en la madrugada del viernes al sábado de la pasada semana por asfixia, aprisionado por la puerta corredera de una de las entradas de coches de la céntrica urbanización Prado de los Álamos (la entrada más cercana a la Plaza del Caño), cuando acudía a casa de un amigo. Al parecer, no funcionaba correctamente el sensor de movimiento, y según la familia, otros invitados habían sido también golpeados por la misma puerta. Aunque acudió una UVI móvil del SUMMA y se intentaron maniobras de reanimación, no fue posible revertir la parada cardio respiratoria en la que se encontraba.
En el tanatorio de Collado Villalba se practicó la autopsia, y la hipótesis más consistente es que la muerte fue accidental; aunque —según un portavoz de la familia— el informe forense «no es concluyente», y continúan intentando encontrar elementos que permitan determinar con exactitud las circunstancias del trágico suceso.
El lunes al mediodía, tras una misa funeral oficiada en la Iglesia de la Asunción de Torrelodones, a la que asistieron numerosos familiares y amigos, incluso parte de su familia que viajó expresamente desde el exterior tras conocer la triste noticia; Alberto, de quien nos consta su Fe y especial devoción por la Virgen, fue enterrado en el Cementerio Municipal de Torrelodones «Nuestra Señora del Rosario».
Muy afectados por su pérdida, muchos jóvenes le rindieron su particular y espontáneo homenaje. Mientras algunos reunieron gran cantidad de velas en el Parque JH, otros, a su manera, quisieron homenajearlo escribiendo durante unos instantes «VillAlberto» en el panel de un tren con destino Villalba.
Desde estas líneas, aprovechamos para manifestar a los numerosos familiares y amigos de Alberto, nuestras más sentidas condolencias.
Alberto, Dóctor, Descansa en Paz.