En los tiempos que corren, no es habitual ver la apertura de nuevos locales, y menos, uno tan vistoso como la “nueva” clínica de fisioterapia que abrió en el nº 14 del camino de Valladolid, en Torrelodones pueblo. Así que nos acercamos a curiosear.
Como el lector se habrá dado cuenta por el título y las fotografías de la nota, en el nuevo local nos encontramos caras muy conocidas. Verónica Alcaraz y Alejandro Fata, vecinos de Torrelodones, conocidos por muchos como “los fisios de la colonia”, son un matrimonio de uruguayos afincados en Torre, que llevan más de 10 años aliviando y curando las dolencias de los torresanos.
Cuando abrieron una pequeña consulta en 2002, en Torrelodones no existía un servicio de Fisioterapia que cubriera las necesidades de los vecinos. Su buena reputación se fue extendiendo, lo que los obligó a crecer hasta ocupar todo el edificio donde estaban.
¿Cómo es que habéis aterrizado en el pueblo?, les preguntamos.
Verónica (licenciada en Fisioterapia y con casi 20 años de experiencia), quien aún conserva su acento uruguayo, nos cuenta: “Hace un tiempo que con Alejandro le estábamos dando vueltas a la idea del traslado a un lugar mejor adaptado a las necesidades de los pacientes y a nuestras expectativas, y en el momento en que surgió la oportunidad, nos decidimos a dar el paso y aquí estamos…felices porque ahora podemos brindarles a nuestros pacientes un mejor servicio”.
El cambio no ha sido fácil: “Pasamos unos meses bastante estresantes con lo de la mudanza y todos los trámites que hubo que hacer”, cuenta Verónica aliviada, pues a ella le tocó el papeleo.
Alejandro, asiente y añade que “el esfuerzo y las preocupaciones valieron la pena» ya que el sitio se adapta «casi a la perfección» a lo que tenían en mente para la Clínica, y aunque les requirió un esfuerzo imaginativo (y físico) muy intenso, Alejandro cree que «cumplirá con las expectativas de los que todavía no conozcan el nuevo local”.
¿Siempre habéis vivido en Torrelodones?
No. Estuvimos instalados en el barrio de Salamanca, en Madrid, hasta que cuando nació nuestro primer hijo, nos dimos cuenta de las dificultades para pasear con un cochecito, y nos empezó a dar nostalgia el recuerdo de las calles arboladas… Como tenía varios pacientes en Majadahonda, recorriendo la zona llegamos a Torrelodones. Nos encantó. Encontramos un local adecuado, y nos instalamos.
¿Y los pacientes de la colonia, qué dicen de la mudanza?
“Varios se alarmaron… algunos nos tenían casi al lado de sus casas”, cuenta Alejandro, y enseguida añade que “la actual situación es ideal ya que el autobús para en la esquina y hay un parking público y gratuito a escasos 50 mts”. Sólo les requerirá “3 minutos más de viaje en coche, y la mejora merece la pena”, asegura.
Alejandro -que además de Fisioterapeuta es Entrenador de Halterofilia por la Federación Española- nos habla con ilusión de su actividad como fisio-educador. Utiliza una metodología de trabajo preventivo y curativo de espalda que ha ido desarrollando a lo largo de los años hasta convertirse en un método único con un éxito arrollador.
Nos cuenta que ha atendido gran cantidad de personas con dolencias diversas, que llegan a la consulta con diagnósticos severos y pocas expectativas: “acuden a mí como última esperanza antes de la operación”, nos dice. Gracias a la metodología de trabajo y el esfuerzo personal, la casi totalidad de los pacientes que siguen sus indicaciones han conseguido «retomar una vida normal, sin dolor”, como reza la frase publicitaria de su escaparate. “Para eso contamos con un gimnasio de rehabilitación que he ido completando con el paso del tiempo al que acuden ya gran cantidad de vecinos, para prevenir dolencias”, comenta con lógico orgullo.
Aunque ya conocíamos a este encantador matrimonio, nos llama la atención oírles hablar con tanto entusiasmo de lo que hacen. Alejandro nos cuenta anécdotas de pacientes que consiguen volver a realizar movimientos que antes del tratamiento “les parecían inimaginables”. Es evidente que les gusta su profesión. “Tengo un señor (ex montañero) que llegó a mi consulta después de un periplo de 8 meses de médicos y dolor”, comienza a relatar Alejandro. “Empezó siguiendo mi sistema de trabajo (bastante incrédulo al principio), y después de haber empezado a mejorar, se fue de vacaciones a Alemania. Ha vuelto feliz porque ya podía retomar sus paseos por la montaña”. Alejandro cuenta con satisfacción que “los fisios en Alemania se sorprendieron por el sistema que estaba utilizando”, y como vieron los evidentes resultados, “continuaron con el mismo sistema durante sus vacaciones allí”.
Verónica añade que su profesión “es muy agradecida” ya que la gente que han recuperado los recuerda con cariño y los recomienda a familiares y amigos. Sin duda, es una prueba de que hacen las cosas bien.
“La incapacidad de cualquier tipo y el dolor, repercuten en la vida familiar, laboral, etc.”, dice Alejandro. Ellos intentan siempre ayudar, aconsejando y tratando de que los pacientes se sientan cómodos y comprendidos… “Para nosotros es muy reconfortante cuando la gente nos cuenta que les ha cambiado la vida ya que se sienten mejor y vuelven a disfrutar de su familia”, añade.
Verónica nos cuenta que ella personalmente se siente muy cerca de la gente mayor, “mis viejitos” les dice. Cuando la llaman para atender a una persona mayor (la mayoría de las veces a domicilio o en una residencia) “me encuentro a alguien que tiene mucho que contar, muchas veces con una vida y unas experiencias muy interesantes, y que debido al tiempo que paso tratándolos, tengo el privilegio de conocer”.
“Hace ya mucho tiempo que descubrimos con Alejandro, que la fisioterapia al tratar y a veces curar las dolencias físicas consigue ir más allá y directa o indirectamente actuar sobre aspectos más profundos que debido al dolor o la incapacidad se han visto alterados. Si sólo podemos mejorar un poquito la vida de una persona y su familia, ya es suficiente recompensa”, confiesa Verónica.
Vemos allí otros profesionales, y nos cuenta Alejandro que además de ellos dos, hay tres fisioterapeutas y un médico especialista en rehabilitación, que les asisten en su trabajo. Contar con este último, es un requisito de Sanitas para tener el calificativo de Centro Preferente. Pronto incorporaremos una asistente de fisioterapia, comenta.
¿Además de con Sanitas, trabajáis con otras sociedades?, les preguntamos. Sí, con muchas, nos dice Verónica: Mapfre – Caja Salud, AXA – Winterthur, H.N.A (Hermandad Nacional de Arquitectos), Cisne Divina Pastora, Meditec Groupama, Medifiact, Antares, Hermandad madrileña, Fisio (on)…
Cuando Alejandro va a contarnos otra anécdota, una asistente le mira desde el mostrador y le señala la sala de espera. Sus pacientes les requieren, así que nos despedimos y les dejamos trabajar.
Antes de marcharnos de la “nueva” clínica, le preguntamos a la asistente qué horario de trabajo tienen. De lunes a viernes de 08:30 a 14:00 y de 15:00 a 21:00. Y los sábados de 10:00 a 14:00, atendemos sólo pacientes privados, nos informa. «Tenemos una página web alfarehabilitacion.es«, comenta, y nos previene: «la estamos rediseñando». Pero el teléfono, fax y contestador sigue siendo el mismo que teníamos en la colonia: 91 859 5685.
Nos fuimos de allí con la satisfacción de ver que aún en estos tiempos, si haces tu trabajo bien y con cariño, en Torrelodones todavía hay espacio para crecer. Este matrimonio de trabajadores, con tres hijos, es una buen ejemplo de ello.