Acudió a Torrelodones para bendecir la capilla y las nuevas instalaciones del Colegio San Ignacio de Loyola. El pasado 30 de mayo de 2012, fue un día de alegría para el municipio, que puede sentirse muy privilegiado al haber contado con toda una mañana y una tarde de la apretada agenda del Cardenal-Arzobispo de Madrid y Presidente de la Conferencia Episcopal Española, D. Antonio María Rouco Varela.
El alto dignatario de la Iglesia acudió temprano a la sede del San Ignacio en la calle Arroyo de los Viales, donde a partir de las 11 horas presidió la Eucaristía en la nueva capilla del Colegio. La Santa Misa fue concelebrada también por D. José Luis Huéscar Cañizal, Vicario Episcopal de Madrid, D. Gabriel García Serrano, Titular del Colegio y D. Ignacio, entre otros.
Al solemne acto acudieron todos los alumnos del colegio, el equipo directivo y profesores del centro, así como padres, familiares y amigos, además de numerosas autoridades. D. Antonio Mª, que siempre tiene palabras de afecto para el San Ignacio, ponderó las dimensiones de la nueva capilla (que tiene un sistema que permite ampliarla cuando la ocasión lo requiere), y le agradó especialmente que pudiese albergar a todo el alumnado. También elogió el coro del colegio, que estuvo magnífico durante la celebración.
Posteriormente, ante la comunidad educativa del San Ignacio, los sacerdotes D. Miguel Antonio, D. Rubén y D. Enrique, entre otros, las Hermanas Auxiliares Parroquiales y numerosas autoridades -entre las que se contaban la Alcaldesa de Torrelodones, Dña. Elena Biurrun, el Concejal de Educación, D. Gonzalo Santamaría y gran parte de la Corporación Municipal-, procedió a descubrir una placa conmemorativa y a bendecir las nuevas instalaciones.
Fue muy emotivo para los torresanos contar con la presencia de Monseñor D. José Ramón Fernández-Baldor. El ya mayor sacerdote, que fue párroco en Torrelodones durante décadas, además de fundador del Colegio San Ignacio y de la Residencia Parroquial Santa Mª de Los Ángeles, estuvo presente durante la misa y posterior bendición, recibiendo el cariño de tantos que le conocen, sonriendo desde su silla de ruedas.
Durante el emotivo acto, el emblemático maestro D. Pablo Urosa, intervino para recordar las numerosas ocasiones en que D. Antonio Mª Rouco Varela había visitado el Colegio. Lo hizo 17 años atrás, en 1995, para bendecir las instalaciones de la sede del Paseo Vergara. Posteriormente, el 10 de septiembre de 2008, volvió con ocasión de los 25 años de la Residencia Parroquial Santa Mª de Los Ángeles, y ese mismo día bendijo y colocó la primera piedra del nuevo colegio, recordó D. Pablo. Luego «un frío» 17 de diciembre de 2009, «ya con los niños de Educación Infantil poblando las aulas de esa fase, vino a bendecir ese edificio de Educación Infantil». «Y hoy, nos hace el honor de venir a seguir bendiciéndonos», dijo D. Pablo Urosa. «Muchas gracias por estar aquí, por volver, y esperemos que con un poquito de suerte nos vuelva a bendecir cuando se inaugure la tercera fase», añadió el antiguo y querido maestro. El propio Cardenal, recordó que también había acudido a confirmar en un par de ocasiones, así como para entregar el título de Prelado de Honor a D. José Ramón.
D. Gabriel García Serrano, durante su intervención, destacó que el Colegio San Ignacio es ante todo un «colegio católico y público», que está sostenido con fondos públicos, pero en el que además, los padres realizan una aportación voluntaria sin la que no sería posible tener estas instalaciones ni desarrollar su labor tal y como la realizan. El San Ignacio está abierto alumnos de integración y de todas las confesiones. Hay alumnos musulmanes y también budistas. «Es un colegio católico y público», reiteró el titular del centro diocesano.
Tras el acto, D. Antonio Mª fue visitando y bendiciendo todas las instalaciones. Al bendecir el comedor de Educación Infantil, se entretuvo charlando con los pequeños que estaban comiendo. En un lenguaje cercano, se divirtió haciéndoles preguntas adecuadas a su edad, que los niños respondían con entusiasmo. Rezó con ellos y les preguntó si sabían cantar algo, y entre todos los niños y sus responsables cantaron a la Virgen.
Luego prosiguió entrando a bendecir las aulas donde los niños le esperaban con regalos y poesías hechos por ellos. Se notaba la cercanía y cariño a los niños del Cardenal. Se le veía cómodo y disfrutando al hablar con ellos. De hecho, se demoró más de lo previsto ya en los primeros cursos que visitó y los organizadores se vieron obligados a pedirle que se diera prisa, pues tenían que comer -ellos y también los niños-.
Los niños, como un espejo del alma, reflejan inmediatamente lo que le transmiten los mayores. Durante su recorrido por el colegio San Ignacio, nos fue muy grato comprobar una vez más, que el corazón de la máxima autoridad de la Iglesia Católica en España, sometido al espejo de los pequeños, refleja bondad, simpatía y cercanía.
Para finalizar la larga jornada, el Equipo Directivo del Colegio San Ignacio y la Fundación Benedicto XVI para la Educación, los sacerdotes y las autoridades asistentes, compartieron una comida junto a D. Antonio Mª en el mismo colegio.
[flagallery gid=2 name=Gallery]
¿Publico? Es un colegio concertado. Los Ángeles, El Encinar y Lourdes son colegios públicos no engañemos a la gente.
….Vamos a ver Kike,todos cometemos errores al expresarnos;bien con la palabra o con la escritura,somos humanos.Yo ne tengo el gusto de conocer a este periodista que ha elaborado el artículo,pero creo y pienso que lo hace muy bien.Sabe utilizar y expresarse muy bien a través de la escritura,fraternizado con esta cálida celebración.
Lo importante de este maravilloso encuentro es el fiel reflejo del compromiso de la Santa Iglesia con los niños y niñas del centro educativo,dando fe de la práctica y vitalidad cristiana y católica especialmente. Fácil es descubrir esta realidad cuando nuestro mundo está tan ocupado en la política y en las disputas de orden económico,que ya no encuentran tiempo para atender a nuestras futuras generaciones,ni para dedicarles unas palabras de aliento.
Yo,al igual que cientos de personas en nuestro pueblo,soy católico y tengo suficientes motivos para ser creyente. Creo en Dios y en la Santa Iglesia que gracias a la enseñanza e integridad de sus miembros,ciento de millones de personas son atendidas y salvadas de la perdición,sobre todo de morir de hambre.Qué mejor formula nos ofrecen los políticos o los ricachones que se aferran a sus inmensas fortunas a costa de los menos pudientes.Por qué estos señores sin escrúpulos permiten a diario que mueran más de 300.000 niños de hambre o que mueran por falta de atención sanitaria,o por falta de medicamentos.
Vivimos en un mundo donde prima la locura colectiva por ser más que nadie,sin importarnos lo que les ocurra a los demás. Gracias a la Santa Iglesia y de todos sus miembros que trabajan con el corazón para que este mundo que nos ha tocado vivir, sea más liviano y mucho más solidario con los necesitados….Con vuestra conciencia os dejo.