A pesar de que comenzaba a las 21 h. de un lunes y de lo desapacible de la noche, el clásico Madrid-Barça movilizó a los torresanos.
La helada ventisca y la lluvia, no impidieron que los bares del pueblo y de la colonia, tuvieran el aforo completo. No cabía un alfiler, como se suele decir. La calle Van Halen y sus típicos locales, mostraban una actividad digna de uno de los mejores viernes de julio, con un frenético movimiento de gente y coches, que buscaban desesperadamente un sitio para aparcar y no perder ni un minuto del partido.
Como es lógico, la mayoría de los asistentes a los locales con TV, eran seguidores del Real Madrid, y en menor medida del Barcelona. No obstante, en los momentos más angustiosos para los madridistas, cuando la resignación posterior a cada uno de los 5 goles del Barça, hacía mella en el ánimo de los merengues, podíamos ver un par de caras sonrientes entre tantos gestos adustos. Hemos visto alg
uno que iba más allá, y festejaba eufóricamente los goles del Barcelona, sin ser blaugrana. En la fotografía bajo este párrafo, podemos ver la situación. 
Entre las sombras, con el brazo en alto, no puede ocultar su sádica sonrisa. No es culé, es un acérrimo antimadrid del Atleti. A pesar de ello, Pepo es muy buena gente. Como decía Ricardo, dueño del bar «Casa Aizpuru», nativo de Guetaria y seguidor de la Real Sociedad, del Torrelodones y del Madrid: «ayer, cuando jugó el Atleti no estaba ninguno, y hoy que juega el Madrid, vienen todos…».
